Es en el mes de noviembre cuando pudimos ir a conocer este rincón de Navarra. Aunque parecia que el bosque ya estava un punto pasado, decidí explorar las profundidades des esta masa forestal, el segundo hayedo más importante de Europa.
El primer dia exploramos la zona de Larra-Belagua, pero de camino encontramos una entrada de bosque que me sorprendió y decidimos parar a experimentar. Esas catedrales de arboles me cautivaron la mirada y tomé esta foto.
Este año parecia que el otoño se iba retrasando peró finalmente llegó el frío y tuvimos que darnos prisa para no llegar tarde.
Escudriñando los sitios junto a Alfonso un navarro de pura cepa, amante de la naturaleza y de su tierra pudimos conocer a fondo el patrimonio natural y cultural de esta zona.
Nos adentramos ya por el área de Ochagavía. Ese dia amaneció con nieblas que se fueron haciendo más densas en el transcurso de la jornada. Llegamos en un punto donde los altos avetos coronaban hasta el cielo y en medio un pequeño haya que le daba la vitalidad dorada a la foto.
Cuando volvimos a subir por la carretera del puerto, la nieblas hicieron presa del paisaje dejando un ambiente mísitco que he estado buscando todo este otoño. Se creó un ambiente húmedo y con aire invernal, un sentimiento de austeridad pero a la vez muy hermoso ya que la brisa hacía voltear la hojas por doquier.
Para terminar el día, la lluvia entró desde el Atlántico tapando el cielo y haciendo de una tarde gris. Pocas opciones nos quedavan, pero decidimos ir a ver el àrea oeste de la Selva por la zona de Orbaizeta. Su fábrica de armas como elemento cultural e histórico nos hizo recordar un pasado bélico no muy lejano.
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